En mayo de 2025, las ventas al por menor en México experimentaron un incremento mensual del 0.5%, alcanzando así su quinto mes seguido de crecimiento. Este repunte ocurrió en un entorno de incertidumbre económica causada por la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, lo que impactó las exportaciones mexicanas. A pesar de este clima complicado, el consumo doméstico se mantuvo fuerte, apoyado por una mejora en el empleo y el poder adquisitivo de los empleados.
Impulso en el consumo discrecional
Durante el tercer mes del año, catorce de las veintidós categorías que conforman el índice de ventas minoristas mostraron incrementos. Entre los sectores con mayor dinamismo se destacaron artículos de perfumería y joyería (+7.9%), ropa, bisutería y accesorios de vestir (+5.7%), y muebles para el hogar (+4.5%). Estos resultados reflejan una recuperación en el consumo de bienes no esenciales, lo que indica una mayor confianza de los consumidores en su situación económica.
Por otro lado, algunas categorías como abarrotes, alimentos, bebidas y hielo experimentaron una disminución del 1.7% en sus ventas, mientras que artículos de ferretería, tlapalería y vidrios registraron una caída del 0.9%. Estos descensos podrían estar relacionados con ajustes en los patrones de consumo ante la incertidumbre económica.
Reactivación del trabajo y subida de sueldos
El trabajo en México presentó signos de mejora en marzo, al crear más de 560,000 nuevas plazas formales e informales. Este aumento es un contraste con la desaparición de casi 280,000 empleos registrada en febrero, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En cuanto al salario, el ingreso promedio diario de los trabajadores formales alcanzó los 619.3 pesos, lo que representa un aumento nominal del 7.6% y un incremento real del 3.3%, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Este crecimiento salarial contribuyó al aumento del poder adquisitivo de los consumidores, favoreciendo el gasto en bienes y servicios.
Efecto de las transferencias y la confianza del comprador
Las transferencias familiares igualmente tuvieron un rol relevante en mantener el consumo. En marzo, las remesas se incrementaron un 2.7% en comparación al año anterior, llegando a los 5,150 millones de dólares. Este ingreso proveniente del exterior brindó un apoyo extra a las familias mexicanas.
No obstante, la confianza de los consumidores tuvo una pequeña caída. El índice de confianza del consumidor, creado por el Inegi, disminuyó 0.4 puntos en relación con el mes previo y 1.3 puntos comparado con marzo de 2024. Este retroceso indica que, a pesar de los avances en el empleo y los sueldos, sigue habiendo una precaución entre los consumidores debido a la incertidumbre económica.
Visiones para la industria del comercio
A pesar de los desafíos derivados de las tensiones comerciales y la volatilidad económica, el sector minorista mexicano ha mostrado resiliencia. La combinación de un entorno laboral más favorable, el crecimiento de las remesas y una recuperación en el consumo discrecional han sido factores clave para este desempeño positivo.
Las perspectivas para los meses venideros son positivas, aunque estarán condicionadas por el desarrollo de elementos internos y externos, tales como las políticas comerciales a nivel mundial y la estabilidad económica en el ámbito global. Por lo tanto, resulta esencial que tanto las autoridades como los agentes económicos promuevan políticas que incentiven el empleo, el consumo y la inversión, con el fin de mantener el dinamismo del sector retail en la nación.