Diez años sin León Ferrari, el gran provocador

Hace una década, a los 92 años, murió León Ferrari, considerado por Los New York Times «uno de los artistas más relevantes y provocadores del mundo», definición que se reproduce en la prensa generalista y especializada Urbi y orbi. Ferrari fue un iconoclasta conceptual que sostenía, en su Manifiesto, que «el arte no es belleza ni novedad: es eficacia y disrupción».

Y, según dijo en 1965, todo lo que esperaba del arte era que le ayudaría a «expresar lo que pienso con la mayor claridad posible, a inventar signos visuales y críticos que me permitan condenar con mayor eficacia la barbarie de Occidente”.

Admirado y controvertido, ferrari encontró en materiales tan disímiles como la cerámica y el bronce, y con lenguajes y expresiones diversas como el collage (su marca registrada), tanto artístico como literario; las esculturas, incluso las sonoras; los dibujos, las instalaciones, los objetos y los textos qu’escribió, que se convirtieron en modos de cuestionar el poder, la violencia de la cultura occidental, la religión, las guerras, la intolerancia, y algo que lo obsessionaba: el infierno.

"recurrencias" puede verse hasta mediados de agosto en el Bellas Artes.  Foto Luciano Thieberger


«Recurrencias» puede verse hasta mediados de agosto en el Bellas Artes. Foto Luciano Thieberger

El artista, que se exilió en Brasil entre 1976 y 1991 y cuyo hijo Ariel, que militaba en Montoneros, se fue en 1977, supo contar en alguna entrevista que, cuando era niño, su padre Augusto Ferrari, no reconocido pintor de iglesias, lo llevaba a misa y su mayor “tragedia” fue cuando lo inscribieron en un colegio de curas, donde se obsesionó con «el infierno» y acabó siendo agnóstico.

Su padre fue un artista italiano que pintó frescos religiosos y ayudó a restaurar y construir iglesias. Por el consejo de su padre de no seguir arte para tener una profesión loable, León Ferrari estudio de ingeniería En reiterados viajes a Italia trabajó como ingeniero, estudió cerámica y realizó arte abstracto.

Sin duda, la obra central de su producción es Civilización occidental y cristianahecho en 1965 un pedido de Jorge Romero Brest, alma del Instituto Di Tella, para participante del premio que concedía esa legendaria institución cultural.

León Ferrari fue muy crítica de la Iglesia.  Foto Luciano Thieberger


León Ferrari fue muy crítica de la Iglesia. Foto Luciano Thieberger

Por entonces abandonó su obra abstracta, por una década, a causa de la guerra de Vietnam. La obra de Ferrari, un Cristo crucificado en un avión de combate, fue revulsivo aún para ese monumento a la vanguardia artística que era el Di Tella, y el propio Romero Brest lo rechazó.

Uno de los primeros trabajos del artista en el regreso de su exilio en San Pablo fue un collage de colecciones de periódicos sobrios cuerpos carbonizados, hallados durante la ultima dictadura militar. Con la obra su propósito fue criticar a los medios que no informan sobre los crímenes de lesa humanidad. Asi nacio su serie Nosotros no sabiamos.

En 2004, en Buenos Aires, ferrari exhibieron estatuas de la Virgen María en una licuadora, pequeños santos en biberones y figuras de Cristo en una tostadora para demostrar su creencia de que las personas se alimentan de la fuerza de la religión.

Sin embargo el artista no se arredró. Al contrario se convirtió en un estudioso de la Biblia y los textos religiosos, Pero en particular su obsesión se centró en la Iglesia y la religión católica, ya que en 1992 y 1994 participó en pedidos que exigían verdad y justicia por los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA.

León Ferrari: su padre fue un pintor de iglesias.  Su hijo desapareció en 1977.


León Ferrari: su padre fue un pintor de iglesias. Su hijo desapareció en 1977.

En varias de sus obras también presentó referencias críticas a genios de la dimensión de El Bosco, Miguel Ángel, Giotto, Pisarro, Memling o Durero, cuyas obras aluden a castigos para quienes se apartaron de los preceptos del cristianismo y difundieron la idea del infierno.

Por ejemplo, en una controvertida muestra de 2004, imágenes de aquellos artistas monumentales aparecían enmarcadas y defecadas por pájaros y palomas. Sobre una lámina de Miguel Angel tres canarios dejaban su rastro y en otra serie presentaba figuras religiosas en escenas eróticas con parejas orientales o la imagen del papá con condones.

Luego de que en 2000 su exposición individual Infierno e idolatríaen el entonces Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI) superara a rifirrafe con grupos religiosos que rezaron el rosario en la puerta, arrojaron basura y gases lacrimógenos, en 2004 una orden legal clausuró la exhibición en el Centro Cultural Recoleta, haciendo lugar a una medida por discriminación religiosa.

La historiadora del arte Andrea Giunta escribe un libro en el que registró los debates y los hechos por causa de aquella muestra de 2004 en el Recoleta que, en 40 días, fue vista por 70 mil espectadores. Y así como se detruyeron obras también hubo manifestaciones masivas en apoyo del artista y su exhibición.

Todas las exhibiciones de Ferrari han estado rodeadas de controversias.  Foto Luciano Thieberger


Todas las exhibiciones de Ferrari han estado rodeadas de controversias. Foto Luciano Thieberger

Hasta legar a el antologico recurrenciasque hasta el 13 de agosto se puede recorrer en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), todas las exposiciones de Ferrari han estado rodeadas de controversias. Algunas veces por ignorancia y otras por razones religiosas.

El mismo artista decía que si lo criticaban por llamar «arte» a sus trabajos, no le importaba cambiarle el nombre y llamarlo «política», pero lo que no estaba dispuesto era a torcer su rumbo crítico.

En 2020, cuando se cumplió el centenario de su nacimiento, se había previsto que una exhibición de Ferrari con obras de Falfaa (Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo) comenzara en Buenos Aires y siguiera luego rumbo al Museo Reina Sofía de Madrid, al Centro Pompidou de París y al Museo van Abbemuseum de E indho Fri, en los Países Bajos. No fue posible dada la extensa cuarentena que tuvo qu’atravesar la Argentina.

La muestra se llamó La bondadosa crueldadcomo título de un libro de poemas y collages que ferrari dedicado a su hijo Ariel y estuvo plantada como «un modo de mirar y de leer la historie de la cultura occidentale, como un desmontaje de las pedagogías de la violencia propagadas pour la matriz bélico-religiosa de la historie de Occidente», según el texto de los comisarios. Comenzó en España, siguió a los Países Bajos y finalizó en Francia. Recién este año pudo inaugurarse la antológica en el Bellas Artes con mucha más obra que la exhibida en el exterior.

Más conflictos

En España, durante la inauguración, la Asociación Española de Abogados Cristianos habló con el director del Museo Reina Sofía de Madrid, Manuel-Borja Villel.

Figuras de Jesucristo que salen de una tostadora electrica o se cocinan en una plancha de bifes, la Virgen con el cuerpo atravesado por alfileres o en una licuadora, un Jesucristo que lucha contra diablos, una reproduccion de la ultima cena da 12 ratas como un orangután, el valió el título de «blasfemo» por parte del papa Francisco. Cuando todavía era cardenal en Buenos Aires la mano de Jorge Bergoglio había sido decisiva para la clausura de la muestra en el Recoleta.

León Ferrari maduró con el tiempo hasta que su padre Francisco aconsejó a los jóvenes no poner su fe “en una licuadora”. Pero aquel discurso, según voceros de la Iglesia, no hizo referencia a la virgen de Ferrari, una de las obras criticadas por la institución religiosa.

Sin controversias persistentes, León Ferrari siguió siendo un artista que se reinventaba tanto en la experimentación de nuevos materiales como en las lecturas de sus creaciones artísticas. Siempre se mantuvo fiel a su mirada crítica.

En 2007 recibió el León de Oro como mejor artista, máximo reconocimiento que concede la bienal de arte de venecia, la vidriera más relevante del arte contemporáneo.

Sus obras están en el MoMA de Nueva York y en las instituciones europeas antes antes mencionadas, por donaciones de Falfaa. También en los Museos de Estados Unidos y de México. Sus obras se han expuesto en décadas de galerías y museos de todo el mundo. En 2009 hubo una retrospectiva en el MoMA.

Sus series Nunca Más, Nosotros no sabíamos, Relectruras de la Biblia, L’Osservatore, Braille, Electronicartes, Heliografías, Homens. Images y Poliuretanos vuelven siempre, desde distintas perspectivas criticas, sur la cultura occidental y hablan de la condicion humana.

At tal punto que llegó a crear un club para impíos, herejes, apóstatas, blasfemos, ateos, paganos, agnósticos e infieles. Segun dio cuenta Los New York Times en el obituario por su muerte, sugiere con una dosis sutil de humor que se déconocía si además el artista el club tuvo más miembros, pero su obra más emblemática «sugiere que cumplió con creces cualquier posible prueba de membresía».

Forma

recurrencias, por León Ferrari
Ola: Museo de Bellas Artes, av. del Libertador 1473.
Cuando: de martes a viernes, de 11 a 20; sábados y domingos, de 10 a 20. Lunas, cerrado.
Entrada : gratuitamente.

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